viernes, 10 de julio de 2009

Despedidas


25 de Junio del 2009




El verano le sorprendió con la muerte y no llegó a realizar su vuelta al escenario.

Considerado el rey del pop, su música, su baile y sus video-clips movieron a casi todo el planeta.


No pude evitar las lágrimas al saber que tu vida se habia terminado a tus 50 años por excederte con los barbitúricos, por estar pagando una fama que probablemente te sobrepasó y que se sumó a una vida excéntrica con muchas contradicciones y carencias personales, no te dejaron ser niño.




Porque tu música acompañó muchos años de mi vida, porque tu manera de bailar me parecía genial, porque tu ritmo hacia que mis pies danzaran sin poderlo yo evitar. Porque has sido el Peter Pan del siglo XX en tu país del "Nunca jamás".

Por todo eso, te deseo un dulce y tranquilo vuelo y que por fin puedas hacer realidad en el cielo tu paso de la luna.

Descansa en paz Michael, nunca morirás para la música y para quienes como yo te hemos escuchado y bailado.







17 de Mayo del 2009

“Primavera con una esquina rota”


Y fue en domingo y en primavera, a tus 88 años que se te rompieron todas las esquinas y nos dejaste.

Y yo mucho más cerca que nunca en ese momento de tu país, Uruguay, te lloré y sentí la angustia de perder a uno de mis poetas y escritores preferidos, justo cuando acababa de leerte en el Porvenir de tu pasado y saborear tus cuentos tan cercanos a la muerte, tan llenos de esa sutil ironía e inteligencia que posee todo lo que tu mano ha escrito. Sin saberlo estaba participando en esa propuesta que convocó tu amigo José Saramago junto con su esposa de leerte todos para poder alargarte la vida.
No conseguimos alargarte la vida, pero te leímos muchas personas y con eso lo que si conseguimos es que tú nos enriquecieras y alegraras la nuestra por tener ese privilegio.


Tu estrategia ha sido que un día cualquiera no sé cómo ni se con que pretexto, gente como yo te necesitáramos leer.

Hoy quiero darte las gracias por toda la herencia que nos has dejado incluida tu voz tremendamente encantadora, hombre pequeño de enorme grandeza.

No quiero decirte adiós, porque cada vez que abra uno de tus libros, seguirás estando aquí.

Solo quiero decirte… hasta siempre y desearte que te hayas reunido de nuevo con tu amor.


¿Qué pasaría si un día despertamos?

¿Qué pasaría si un día despertamos dándonos cuenta de que somos mayoría?

¿Qué pasaría si de pronto una injusticia, solo una, es repudiada por todos, todos que somos todos,
no unos, no algunos, sino todos?

¿Qué pasaría si en vez de seguir divididos nos multiplicamos, nos sumamos y restamos al enemigo que interrumpe nuestro paso?

¿Qué pasaría si nos organizáramos y al mismo tiempo enfrentáramos sin armas, en silencio, en multitudes, en millones de miradas la cara de los opresores, sin vivas, sin aplausos, sin sonrisas, sin palmadas en los hombros, sin cánticos partidistas, sin cánticos?

¿Qué pasaría si yo pidiese por vos que estás tan lejos, y vos por mí que estoy tan lejos, y ambos por los otros que están muy lejos y los otros por nosotros aunque estemos lejos?

¿Qué pasaría si el grito de un continente fuese el grito de todos los continentes?

¿Qué pasaría si pusiésemos el cuerpo en vez de lamentarnos?

¿Qué pasaría si rompemos las fronteras y avanzamos, y avanzamos, y avanzamos, y avanzamos?

¿Qué pasaría si quemamos todas las banderas para tener solo una, la nuestra, la de todos, o mejor ninguna porque no la necesitamos?

¿Qué pasaría si de pronto dejamos de ser patriotas para ser humanos?

¿No sé… me pregunto yo, qué pasaría?
Mario Benedetti